The view from Washington: 90 days post-default–October 31, and no tricks left/ La visión desde Washington: 90 días post-default–31 de octubre (día de las brujas) y no quedan trucos

The view from Washington: 90 days post-default–October 31, and no tricks left/ La visión desde Washington: 90 días post-default–31 de octubre (día de las brujas) y no quedan trucos

La visión desde Washington: 90 días post-default–31 de octubre (día de las brujas) y no quedan trucos/ The view from Washington: 90 days post-default–October 31, and no tricks left

 

 Claudio M. Loser

Tres meses después de que Argentina cayera en default, las autoridades buscan de olvidar los holdouts y las consecuencias de su estrategia legal. Pero el tiempo pasa sin tregua, y los acreedores siguen requiriendo el pago. Los funcionarios argentinos tienen aún esperanzas de poder  esperar hasta principios del 2015, para que caduque la cláusula RUFO (la extensión de nuevos términos a todos los acreedores). Además están esperando modificar  el enfoque del G-20 en su favor en la próxima reunión en Australia. Los votantes han apoyado, por pequeños márgenes los  gobiernos izquierdistas de Brasil y Uruguay, y el gobierno argentino puede esperar declaraciones a su favor. Sin embargo, los resultados sólo crean problemas para la economía, en momentos en que los inversores evitan Brasil, uno de los mayores clientes de Argentina.

La atención del gobierno se ha movido hacia temas de corrupción interna y lavado de dinero, que afectan a la Sra. Fernández. Las acciones judiciales en Nevada contra el Sr. Báez, un colaborador cercano (si no socio) de la familia de la Presidente, se  ven agravadas por inminentes acciones en el sistema judicial argentino en el ese contexto.  Por lo tanto, los problemas legales del gobierno pueden ser eclipsados por los problemas personales del entorno presidencial.

Un problema equivalente surge para la Sra. Fernández,  porque algunos acreedores que habían  aceptado el canje con el gobierno están tratando de lograr la aceleración de los  pagos de la deuda, ya que ha vencido el período de gracia de tres meses después del default. El proceso sólo está comenzando, pero ciertamente hará más difícil cualquier acuerdo al que se pueda llegar, ya que entran más demandantes a la escena.    El gobierno de Kirchner puede sentirse  protegido porque el juez Griesa dictaminó que los depósitos argentinos para cubrir sus obligaciones–excluyendo a los holdouts–tienen inmunidad contra un posible embargo, pero la entrada de nuevos actores complicará las cosas.

Mientras tanto, la economía argentina sigue en problemas. Los economistas locales indican que si no se llega a un acuerdo con los holdouts,  el PIB puede disminuir en quizás 3%  en los próximos doce meses.  Las exportaciones están siendo golpeadas por la caída en los precios y las condiciones climáticas están afectando  la producción– sin culpa propia, aparte de una infraestructura deficiente.  Argentina ha perdido por lo menos US$ 3 mil millones en reservas internacionales este año, incluso después de(o por) las restricciones impuestas sobre transacciones en divisas. Además, los analistas indican que hasta finales de 2015 podrían disminuir las reservas de US$ 50 mil millones en 2012, y los actuales US$ 27 mil millones, a US$ 15 mil millones, un nivel crítico de acuerdo a cualquier parámetro financiero razonable. Por otra parte, este número es menor en la práctica, ya que las reservas internacionales incluyen activos ilíquidos que no están disponibles fácilmente en divisas. Los desembolsos dentro del swap con China (US$ 800 millones) sólo proporcionará ayuda por unas pocas semanas.

En estas circunstancias y en un escenario global donde se está desacelerando la actividad económica, particularmente en las economías emergentes, es lógico esperar impaciencia creciente con el gobierno argentino internacionalmente. Al mismo tiempo, el gobierno se está quedando sin artilugios para ocultar los crecientes problemas económicos del país de la opinión pública.  En Halloween, el día de las brujas, Argentina se ha quedado sin trucos.

El autor es Presidente de Centennial Group Latin America; Senior Fellow en el Dialogo Interamericano; y sirvió como Director del Depto. Del Hemisferio Occidental del FMI desde 1994 a 2002.  Es oriundo de Argentina. Las opiniones presentadas son su responsabilidad, y de ninguna manera  es su intención  que ellas representen el punto de vista de  las instituciones a las que está asociado.

 

 

The view from Washington: 90 days post-default–October 31, and no tricks left

Claudio M. Loser

 

Three months after Argentina fell into default, the authorities are trying to forget the holdouts and the consequence of their legal strategy. But time goes by relentlessly, and creditors are continuing to seek payment. Argentine officials are still hoping to wait until early 2015, so that the RUFO clause (extension of new terms to all creditors) expires. In addition they are hoping to move the G-20 views in their favor at the forthcoming meeting in Australia. Voters have supported, albeit by small margins, the left-leaning governments of Brazil and Uruguay, and the Argentine government may expect supporting statements. However, the results only create problems for the economy, as investors avoid Brazil, one of Argentina’s main customers.

 

The attention of the government has moved toward issues of domestic corruption and money laundering, which are hitting close to President Fernandez. The judicial actions in Nevada against Mr. Báez, a close associate (if not partner) of the President’s family, are being compounded by imminent actions by the Argentine judicial system in the same area.  Thus, the government’s legal problems may be eclipsed by the personal problems of the presidential entourage.

 

Equally troublesome for Mrs. Fernandez is that some creditors that had settled with the government are seeking to attain the acceleration of debt payments, as the three-month grace period after default has expired. The process is only starting now, but it certainly will make any settlement more difficult, as more plaintiffs enter the scene.  The Kirchner government may feel somewhat protected because Judge Griesa ruled that the Argentine deposits set to cover their obligations–excluding holdouts–have immunity from seizure by other creditors, but the new actors will certainly complicate things.

 

Meanwhile, the Argentine economy remains in trouble. Local economists indicate that if no settlement is reached with the holdouts, GDP may decline by an additional three percent in the next twelve months or so.  Exports are being hit by declining prices, and weather conditions are affecting domestic production– for no fault of their own, other than poor infrastructure.  Argentina has lost at least US $3 billion in foreign reserves so far this year, even after (or because of) the imposed restrictions on foreign exchange transactions. Moreover, analysts indicate that through the end of 2015 reserves could decline from US $50 billion in 2012, and the current US $27 billion to US $15 billion, a critical level by any reasonable financial standard. Moreover, this number is smaller in practice, as international reserves include illiquid assets that are not readily available as foreign exchange. The drawings from the China swap (US$ 800 million) will only provide help for a few weeks.

 

In these circumstances and in a global scenario where economic activity is decelerating, particularly among emerging economies, it is logical to expect increasing impatience with the Argentine government internationally. At the same time, the government is running out of gimmicks to hide the mounting economic problems of the country from public opinion.  On Halloween, Argentina has run out of tricks.

 

The author of this note is President of the Centennial Group Latin America; a Senior Fellow at the Inter-American Dialogue; and served as IMF Western Hemisphere Director from 1994 to 2002. He is Argentine.  The opinions presented here are his own, and are not intended in any way to represent the views of the organizations with which he is associated.