La vision desde Washington: La luna de miel del Presidente Macri puede terminar muy pronto y no solo en Argentina/ The View from Washington: President Macri honeymoon may end very soon and not only in Argentina (follows the Spanish version)
Publicado en INFOLATAM/ Published in INFOLATAM- February 2
La vision desde Washington: La luna de miel del Presidente Macri puede terminar muy pronto y no solo en Argentina/ The View from Washington: President Macri honeymoon may end very soon and not only in Argentina (follows the Spanish version)
Claudio M. Loser
Febrero de 2016
El verano austral está a medio camino, lo que permite un mes para que el Presidente Macri instrumente y anuncie al Congreso su plan de ajuste y reestructuración que el país tanto necesita. La opinión publica aprueba la perfecta acción de eliminación del cepo cambiario y de las restricciones a las exportaciones. Sin embargo, le da un apoyo parcial, seguramente por las consecuencias de las necesarias políticas de ajuste que se están introduciendo para corregir los miopes y ruinosos desajustes de la Administración Kirchner. De todos modos, la gente se queja de la eliminación de subsidios que, de acuerdo a la prensa, por ejemplo, hacían que el costo de la electricidad fuera menor que el de dos cafés, pero olvidan el pésimo servicio. Los despidos de una mínima proporción de aquellos subrepticia y aceleradamente contratados hacia fines de 2015 y que no cumplían servicios son vistos como una afrenta, y no como una acción de racionalidad y justicia. Las quejas políticas se refieren a posibles medidas arbitrarias para modificar la ley de medios, que fuera hecha a medida para la cooptación Kirchnerista, y acciones para proteger la libertad de movimiento, antes rehén de las protestas sociales.
A nivel de gestión presupuestaria, el expreso ejecutivo de Macri cometió errores tácticos importantes. Por ejemplo, se otorgó a la ciudad de Buenos Aires recursos que ciertamente le corresponden, pero que claramente deben balancearse con el resto del país, y con el requerimiento de una negociación razonable con los gobernadores, especialmente los de oposición Kirchnerista. Por suerte el Presidente ha sido capaz de dar marcha atrás y así formar una coalición pragmática que permite la gobernabilidad sin dogmatismo. Hay mucho por hacer aún y debe buscarse un consenso que permita reducir el impacto recesivo de corto plazo de las medidas de reducción del déficit fiscal y de la inflación.
Algunos observadores y analistas, entre los que se incluye quien escribe, y que son calificados de ortodoxos, pueden tener dudas considerables acerca de la estrategia gradualista que parece seguir el gobierno, y preferirían un movimiento más rápido y efectivo para reducir los costos económicos del proceso. Sin embargo, la realidad política interna posiblemente requiera de este proceso más lento, aunque económicamente más riesgoso y costoso. Lo que está demostrado a nivel internacional es que un ajuste ordenado resulta en una clara mejora en el desempeño económico.
El gran reto para el Presidente y su equipo es la negociación con sus acreedores en litigio (holdouts). Mientras que es más que probable lograr un acuerdo con ellos, las negociaciones comienzan sólo ahora. La decisión de la justicia de Estados Unidos es firme y clara, con o sin el Juez Griesa (del que se rumorea su retiro). Sin embargo, el nuevo equipo parece buscar una solución “más suave”, con discusión pública, y sin confidencialidad, algo que no ocurrió en las negociaciones de Colombia con la FARC, o en las de desarme nuclear con Irán, con repercusiones políticas más serias. Esto, junto con el comprensible cambio de asesores legales retrasa el proceso. A su vez, estos retrasos frenan muchos de los paquetes financieros en discusión y también ponen nuevas e injustificables presiones en los mercados de divisas e internacionales. De hecho, ya subió 100 puntos (uno por ciento) el riesgo país en las últimas semanas. Movimientos en esta área, preferentemente con ayuda de gobiernos amigos e instituciones financieras, ayudarían a romper una restricción clave para el reingreso de Argentina a los mercados financieros. Ponerse en una posición ultra-dura puede regresar el país a su reciente y trágico pasado.
El autor es Presidente de Centennial Group Latin America; Senior Fellow en el Dialogo Interamericano; y sirvió como Director del Depto. del Hemisferio Occidental del FMI desde 1994 a 2002. Es oriundo de Argentina. Las opiniones presentadas son su responsabilidad, y de ninguna manera es su intención que ellas representen el punto de vista de las instituciones a las que está asociado
The view from Washington: President Macri honeymoon may end very soon and not only in Argentina
Claudio M. Loser
February 2016
The southern summer is halfway, allowing a month or so the President Macri to implement and announce to Congress his plan of adjustment and restructuring that the country needs. Public opinion approves the perfect action of removing the Exchange controls and restrictions on exports. However, it gives Macri partial support, surely because of the consequences of the necessary adjustment policies being introduced to correct the myopic and wasteful misalignments of the Kirchner administration. Anyway, people complain about the elimination of subsidies which, according to the press, for example, make the cost of electricity less than that of two coffees, but forget the lousy service. The dismissal of a minimum proportion of those surreptitious and quickly hired by the end of 2015 and not serving their services are seen as an affront, and not as an action of rationality and justice. Political complaints relate to possible arbitrary measures to amend the media law, which was tailor-made for the co-optation of the Kirchners, and actions to protect the freedom of movement, previously hostage of social protests.
Regarding budget management, the Macri Bullet Train committed major tactical errors. For example, he awarded the city of Buenos Aires resources which are certainly deserved, but which clearly must be balanced with the rest of the country, and with the requirement of a reasonable negotiation with Governors, especially the Kirchnerite opposition. Luckily, the President has been able to reverse his actions and thus form a pragmatic coalition that enables governance without dogmatism. There is much to be done yet requiring a consensus that will allow reducing the recessive short-term impact of measures to reduce the fiscal deficit and inflation.
Some observers and analysts, which include your commentator, and are described as Orthodox, can have considerable doubts about the gradualist approach that the Government seems to follow and would prefer them to move more quickly and effectively to reduce the economic costs of the process. However, the internal political reality possibly requires this slower process, although economically risky and costly. What is demonstrated at the international level is that an orderly adjustment results in a clear improvement in economic performance.
The great challenge for the President and his team is negotiating with its creditors in litigation (holdouts). While it is more than likely they will reach an agreement, the negotiations begin only now. The decision of the United States Justice is firm and clear, with or without judge Griesa (whose retirement is rumored). However, the new team seems to seek a ‘softer’ solution, with public discussion, and without confidentiality, something that did not take place in Colombia with the FARC negotiations, or those of nuclear disarmament with Iran, with more serious political repercussions. This, along with the understandable change of counsel, delay the process. In turn, these delays slow down many of the financial packages in discussion and also put new and unwarranted pressures on the foreign exchange and international markets. In fact, already country risk rose 100 points (one per cent) in recent weeks. Movements in this area, preferably with the help of friendly Governments and financial institutions, would help break a key constraint to the reentry of Argentina to financial markets. An intransigent position can return the country to its recent tragic past.
The author of this note is President of the Centennial Group Latin America; a Senior Fellow at the Inter-American Dialogue; and served as IMF Western Hemisphere Director from 1994 to 2002. He is Argentine. The opinions presented here are his own, and are not intended in any way to represent the views of the organizations with which he is associated