La visión desde Washington: el FMI puede querer cambiar las reglas, pero quiere que Argentina siga las reglas que existen hoy en día /The view from Washington: The IMF may want to change the rules, but it wants Argentina to follow the rules as they exist
La visión desde Washington: el FMI puede querer cambiar las reglas, pero quiere que Argentina siga las reglas que existen hoy en día /The view from Washington: The IMF may want to change the rules, but it wants Argentina to follow the rules as they exist today
Claudio M. Loser
Durante las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial, Argentina quería llamar la atención de los participantes sobre su difícil situación con los “fondos buitre”. Antes de las reuniones, el FMI había emitido un complejo documento sobre ” el fortalecimiento del marco contractual para abordar problemas de acción colectiva en la reestructuración de la deuda soberana”, en el que exploró posibles cambios en el proceso de reestructuración de la deuda, tras el default argentino; las autoridades esperaban que el tema dominara las reuniones.
No fue así. La preocupación principal fue la desaceleración de la actividad económica mundial. En cuanto a la atención que se dio a Argentina, la delegación oficial entró en una típica pelea sobre números, objetando las proyecciones del FMI de dos años de recesión, con las que los analistas y participantes del mercado están de acuerdo. Un furioso y paranoico ataque del ministro fue respondido claramente y con fuerza por el personal técnico del FMI, que defendió la profesionalidad de sus números. Puede haber preguntas sobre el juicio de los acontecimientos futuros, pero no sobre la objetividad del Fondo. Ningún otro país de la región, excepto Venezuela, está desempeñándose tan mal a causa de sus propias acciones. Las condiciones externas sólo pueden ser culpadas en parte. Muchos otros países están haciendo las cosas razonablemente bien, en las mismas circunstancias.
Respecto al tema de la reestructuración de la deuda, el FMI dice que es imperativo fortalecer las cláusulas de acción colectiva (CAC), a través de un voto por mayoría entre todos los diferentes tipos de bonos (quizás el 75%). Además apoya una cláusula modificada de pari passu , un tema central en la disputa actual. Las propuestas son loables, y fácilmente lo apoyo en principio. Lo que deben reconocerse es que esta es una declaración de interés para una futura modificación de procedimientos. A su vez, el lenguaje de la Junta Directiva, el órgano político del FMI, no indica que exista apoyo para proceder. Lo importante, en la práctica y no en teoría, es que muchas de las cláusulas actuales ayudan a disuadir el default, o una reestructuración unilateral. Por lo tanto, se reducen las posibilidades de incumplimiento y disminuyen los riesgos para los inversionistas, resultando en menores spreads.
Más al grano, el proceso fue considerado por el gobierno argentino, desde 2005, como una prerrogativa unilateral y no un proceso judicial para resolver disputas contractuales. En palabras más simples, el gobierno argentino tiene problemas no porque pedía préstamos, sino por su enfoque ideológico extremo y la falta de respeto a las normas acordadas para contratos financieros. Un acuerdo dentro de las normas existentes ayudaría a restaurar la prosperidad económica y no al revés, como sugieren los argentinos. Los ejemplos de Ghana, Perú y Ecuador, demuestran que este es el enfoque correcto.
El autor es Presidente de Centennial Group Latin America; Senior Fellow en el Dialogo Interamericano; y sirvió como Director del Depto. Del Hemisferio Occidental del FMI desde 1994 a 2002. Es oriundo de Argentina. Las opiniones presentadas son su responsabilidad, y de ninguna manera es su intención que ellas representen el punto de vista de las instituciones a las que está asociado.
The view from Washington: The IMF may want to change the rules, but it wants Argentina to follow the rules as they exist today
Claudio M. Loser
During the Annual Meetings of the IMF and the World Bank, Argentina wanted to get the attention of participants to its plight with the “vulture funds”. Ahead of the Meetings, the IMF had issued a complex paper on “strengthening the contractual framework to address collective action problems in sovereign debt restructuring”, exploring possible changes to the process of debt restructuring, in the wake of the Argentine default, and the authorities were hoping that the subject would dominate the meetings.
It did not. The main concern was the slowdown in world economic activity. As far as the attention on Argentina, the official delegation got into a typical fight about numbers, objecting the IMF projections of two years of recession, on which analysts and market participants agree. A furious and paranoid attack by the Minister was clearly and forcefully rebuked by the IMF staff, which stands by the professionalism of its numbers. There may be questions of judgment of future events, but not about the objectivity of the Fund. No other country in the region, except for Venezuela, is performing so poorly, on account of its own actions. External conditions can only be blamed so much. Most other countries are doing reasonably well under the same circumstances.
Regarding the issue of restructuring of debt, the IMF says it is imperative to strengthen the Collective Action Clauses (CACs), through a single majority vote among different types of Bonds (say 75%). In addition it supports a modified pari passu clause, an issue at the center of the current dispute. The proposals are commendable, and I easily support them in principle. What everyone should realize is that this is statement of interest for a future modification of procedures. Moreover, the language of the Executive Board, the political IMF body, does not suggest that there is support to proceed. More importantly, in practice and not in theory, many of the current clauses help dissuade default, or unilateral restructuring. Thus, they reduce the prospects of default and lower the risks for investors, resulting in lower spreads.
More to the point, the process was seen by the Argentine government, from 2005 on, as a unilateral prerogative, and not a judicial process to solve a contractual dispute. In simpler words, the Argentine government is in trouble not because they borrowed, but because of their extreme ideological approach, and the lack of respect for agreed rules governing financial contracts. A settlement, within existing rules, would help restore economic prosperity, and not the other way around, as the Argentines suggest. The past examples of Ghana, Peru, and Ecuador, show that this is the right approach.
The author of this note is President of the Centennial Group Latin America; a Senior Fellow at the Inter-American Dialogue; and served as IMF Western Hemisphere Director from 1994 to 2002. He is Argentine. The opinions presented here are his own, and are not intended in any way to represent the views of the organizations with which he is associated